ENURESIS: “Mojadas” en la cama

¿Cuándo deberían los padres empezar a preocuparse por las mojadas en la cama?  

Si se le permite al menor decidir cuándo dar cada paso, la mayoría de l@s niñ@s, logran controlar esfínteres durante el día a los tres años de edad. El control diurno parece resultarles más fácil a las niñas (en promedio, lo logran 2.46 meses antes que los niños), a la vez que tienen menos probabilidad de mojarse de noche.  

 ¿Cómo lograr el éxito de noche?

Es importante saber que much@s niñ@s tienen una vejiga inmadura, que les impide el control nocturno; lo mismo sucede cuando el patrón de sueño no está lo suficientemente desarrollado para darles la señal de levantarse de la cama y evitar  “mojarse”. 

En estos casos, la presión de los padres puede agravar los sentimientos de culpa; aunque es un problema que les genere molestia, deben ser pacientes. 

Casa Pediátrica ofrece estas ideas que pueden ser de utilidad:

  1. Por encima de todo, no orinarse de noche debe convertirse en la meta del niño, no en la de los padres, cuya tarea es escuchar los sentimientos del niño y apoyarlo en sus propios esfuerzos por no mojarse.   Para esto ha mostrado utilidad que se coloque un calendario en su habitación, donde el pequeño anote o pegue una pequeña calcomanía (calendario de estrellas) sí logró su objetivo de mantener seca la cama. Cada vez que lologre deberá felicitarle.
  2. Conviene evitar que el niñ@ ingiera mucho líquido antes de acostarse. 
  3. Propongan al niño que aguante la orina un poco más de tiempo durante el día, para tratar de mejorar el control de la vejiga.
  4. Con permiso del niño, pueden despertarlo antes de retirarse a dormir ustedes, invitándolo a ir al baño.
  5. Aunque el baño esté cerca, comprar “una bacinilla para la noche”, que se mantenga al lado de la cama del niño, que pudiera pintarse con pintura luminosa, podría volverse un símbolo de apoyo de los padres. Entonces, pueden despertarlo para que la use. Esto debe ser hecho en plan de apoyo, y no de presión.
  6. Esfuerzos sutiles para apoyar y tranquilizar al niño y su éxito durante el día, pueden ser útiles para la noche.  Sin embargo, si se llevan al extremo, pueden acabar cohibiéndolo.
  7. Cuando el niño quiera hablar sobre el tema, pueden tranquilizarlo explicando que quizá él tarde un poco más en aprender a despertarse a tiempo, asegurándole que lo va a lograr.  Disipen el mito de que existe una fecha precisa a los 5 ó 6 años, después de la cual ningún niño se orina. La presión social, unida a las expectativas de los padres, es más de lo que el niño pequeño puede manejar.

Si el descontrol de esfínteres se presenta como un retroceso después de unos 6 a 12 meses de que el niño hubiera tenido dominio de sus micciones (a esto se llama enuresis secundaria)  o no logra el control de sus micciones  después de los 7 u 8 años de edad, es necesario acudir al pediatra para descartar problemas en el riñón o la vejiga que causen el problema.

El médico solicitará estudios urinarios que descarten infecciones, diabetes  o alguna alteración neurológica de la vejiga. Finalmente si no se encontrara ninguna razón, pueden emplearse fármacos u hormonas que inhiben levemente la producción de orina durante la noche; pero siempre deben haber sido evaluados por su pediatra previo a la prescripción.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/blindness-and-visual-impairment

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