“Día Mundial del Corazón”

Desde el año 2000, la OMS y la UNESCO eligieron al 29 de septiembre como el día mundial del corazón. El objetivo de la designación de un día para el corazón, es promover y dar a conocer a la sociedad la forma de prevenir las enfermedades cardiovasculares y sus desastrosas consecuencias en la calidad de vida de las personas.

En el 2016, el INEGI informó (Cuadro 1), dentro de las primeras 15 causas de mortalidad general en México a: 1º enfermedades del corazón; 2º la diabetes; 6º lugar, las enfermedades cerebrovasculares; el 8º lugar, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica; 12º lugar, las malformaciones congénitas (entre las que las cardiopatías congénitas representan el 20%).

Todas estas enfermedades, quizá con excepción de las cardiopatías congénitas, comparten en común que: a) involucran al corazón y las arterias, b) son prevenibles o evitables, c) se pueden tratar con mucho mejor pronóstico cuando se detectan oportunamente, d) pequeños cambios en nuestros hábitos de vida, pueden evitar que se presenten, posponer su presentación, y/o atenuar considerablemente la gravedad de presentación.

Todos sabemos que cambios en los hábitos de vida pueden prevenir estas enfermedades, y ya sea por conciencia, vanidad o por salud, nos proponemos cada año nuevo hacer dieta y mantenernos delgados, dejar de beber o fumar, trabajar menos y con menos estrés, hacer ejercicio. Sabemos bien que no es fácil, por eso este propósito de año nuevo, se repite o ha repetido varios años, a veces durante lustros o décadas.

Estudios histopatológicos en niños, que han fallecido tempranamente y de forma inesperada, muestran que los cambios ateroescleróticos de las arterias carótidas y coronarias se inician tempranamente en la infancia. Los indicadores de riesgo para cardiopatía coronaria son obesidad, presión arterial elevada, elevado índice de masa corporal y trastornos en los lípidos sanguíneos desde la niñez.

Se ha observado también los hábitos de alimentación, gusto por el deporte y la actividad física y el tabaquismo se adquieren en la niñez y adolescencia temprana.

Por eso se propone, a los padres de familia y pediatras, mantener la atención y fijarse objetivos claros en el cuidado de la dieta, prevención del tabaquismo y motivación al deporte y la actividad física.

En el cuadro 2, se describen las metas de cada área propuesta y también las acciones recomendadas en cada revisión pediátrica.

Normalmente en las visitas al pediatra, los padres y el médico, se enfocan principalmente en los síntomas que aquejan al paciente y que motivan la consulta; es decir el malestar principal del paciente; sin embargo, tanto padres como médicos deben buscar la oportunidad de dialogar estos temas, para prevenir y enseñar a los niños hábitos de vida que puedan mejorar su salud a corto y largo plazo.

Por eso, estimado lector, le invitamos a motivar el diálogo en la consulta de sus hijos, para inducir que sus hijos lleven un mensaje de prevención y autocuidado en cada ocasión que les sea posible.

Referencia:

INEGI 2016 : http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/registros/vitales/mortalidad/tabulados/ConsultaMortalidad.asp)

Daniels SR, Lauer RM, Atkins DL, Hayman LL, Taubert K. Américan Heart Association Guidelines for Primary Prevention of Ateroesclerotic Cardiovascular Disease Beginning in Childhood. Circulation 2003;107:1562-66.

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