Concepto: El conducto arterioso es una estructura vascular (una arteria) que une el arco aórtico con la arteria pulmonar (esquema 1). Funciona durante la vida fetal y se cierra espontáneamente en los primeros días posteriores al nacimiento. Cuando esta arteria permanece abierta más allá de los primeros días de vida, se considera anormal y se dice que el paciente tiene una Persistencia del Conducto Arterioso. Lo padecen más las mujeres que los hombres (2:1).
Esquema 1: Diagrama que representa el conducto arterioso y el flujo que pasa de la aorta a la pulmonar.
Causa: No se conoce la causa precisa de la permanencia del conducto arterioso permeable; la prematurez, la rubéola congénita y la falta de oxigenación al nacer son factores frecuentemente asociados a la enfermedad y se han considerado posibles causantes o inductores de la patología.
Consecuencias: La comunicación entre las arterias aorta y pulmonar, permite que la sangre de la aorta (que normalmente tiene más presión) pase a la arteria pulmonar sin recorrer el cuerpo del paciente e ingrese a la circulación pulmonar (véase la sección “como funciona el corazón” http://www.cardiologospediatras.com/Como_funciona_el_Corazon.html y el esquema 2).
El cortocircuito que se establece causa que el pulmón tenga más sangre de la que debe tener (causándole al paciente dificultad respiratoria, falta de aire (disnea) al hacer ejercicio e infecciones pulmonares frecuentes) y menos flujo al cuerpo (que produce cansancio fácil en los esfuerzos, sudoración excesiva y en algunos niños detención en su crecimiento). Además el exceso de flujo que reciben la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo los hacen crecer más de lo normal.
Esquema 2: Diagrama que representa la circulación de la sangre en el paciente con conducto arterioso permeable.
Síntomas o molestias: Los recién nacidos prematuros pueden tener síntomas muy sutiles como decaimiento y periodos en que detienen su respiración (apnea), otros franca dificultad para respirar. En niños mayores de 1 mes: cansancio al comer, irritabilidad, sudoración excesiva, infecciones pulmonares repetidas, crecimiento corporal lento. Algunos niños no presentan síntomas.
Es frecuente que el médico les escuche un soplo cardíaco durante la exploración.
La radiografía del tórax, el electrocardiograma y el eco cardiograma son herramientas que su médico usará para hacer el diagnóstico.
Tratamiento: Dado que se trata de una estructura anatómica anormal, el tratamiento definitivo es el cierre del conducto arterioso. En el recién nacido prematuro pueden usarse fármacos que induzcan la constricción arterial del conducto y con esto favorezcan que el paciente cierre el conducto en forma natural. En pacientes mayores existen dos opciones de tratamiento:
1. El cierre del conducto con dispositivos especiales que se colocan por medio de cateterismo cardíaco.
2. Por cirugía.
En cualquier caso, dada la turbulencia que se genera en el sitio del conducto, todo paciente con el conducto abierto debe recibir prevención para endocarditis infecciosa.
Bibliografía:
1.- Lozano RS. Alejandro. Conducto arterioso permeable. en: Martínez y Martínez R. La salud del niño y del adolescente. 8a ed. Manual Moderno. México. 2017. Capítulo 21. P: 1044.
2.- Park MK. Pediatric Cardiology 5th ed. Ed. Mosby EUA. P 175.
3.- Zabal Cerdeira C. Razo Pinete JA. Persistencia del Conducto Arterioso. En: Atie F. Calderón JC, Zabal C. Buendía A. Cardiología Pediátrica 2a ed. Ed. Panamericana. México. P: 359.
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