Epilepsia

La epilepsia es una enfermedad muy antigua  y actualmente es una de las principales causas de enfermedad neurológica en el mundo. En nuestro país existen cerca de 2 millones de personas se encuentran afectadas. Como dato curioso la epilepsia proviene del griego epilambanein que significa “ser presa de fuerzas del exterior”.

En nuestros días, la epilepsia se define como una alteración cerebral que puede producir o generar crisis epilépticas y su descontrol puede generar problemas clínicos, psicológicos y sociales. 

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando se presenta una crisis epiléptica? El cerebro normalmente se comunica mediante sinapsis neuronales, es como una corriente eléctrica. Cuando existe alguna lesión cerebral o simplemente porque la persona es portadora de algún “gen de epilepsia”, el cerebro envía señales anormales que llamamos “descargas cerebrales” que pueden extenderse a todo el cerebro (generalizadas) o solo a un área específica (parciales o focales).

¿Por qué ocurre la epilepsia? La epilepsia es una enfermedad que no respeta geografía, raza, condición social o sexo, se puede presentar en cualquier persona y a cualquier edad. De todas las personas que tienen epilepsia un 30 a 40% se debe a complicaciones del nacimiento por falta de oxigenación, enfermedades infecciosas o parasitarias como la neurocisticercosis, o por secuelas de un golpe muy fuerte en la cabeza, esto solo por poner algunos ejemplos más frecuentes. Otra causa puede ser que la persona heredó un gen  que provocó la enfermedad. Pero incluso hasta un 60 a 70% no se conoce su origen.

¿Cuándo consideremos que una persona es epiléptica? Cuando se presenta al menos dos crisis que no hayan sido provocadas (por ejemplo: por un golpe, neuroinfección o problema metabólico)  en más de 24 horas.

Existen varios tipos de crisis y las manifestaciones son muy variables, desde un simple cambio de comportamiento, pérdida de la consciencia, alteraciones del habla o movimientos que la persona no puede controlar. Después de la crisis las personas pueden experimentar dolor de cabeza, cansancio, debilidad y somnolencia. 

¿Cómo se diagnostica la epilepsia? Lo más importante es acudir con tu médico de primer contacto quien realizará una valoración, te hará varias preguntas para identificar factores de riesgo y saber el tipo de crisis manifestada. Es probable que solicite algunos estudios para complementar el diagnóstico (electroencefalograma, exámenes de laboratorio y estudios de imagen) si el caso lo amerita, ya que cada caso es especial. 

¿Cuál es el tratamiento de la epilepsia? Existen medicamentos antiepilépticos que pueden ayudar para controlar las crisis o reducir su frecuencia. La elección del medicamento depende del tipo de crisis y de las circunstancias en que se encuentra la persona afectada. Es importante que la persona que tiene epilepsia respete al pie de la letra todas las indicaciones de su médico para tener mayor control, como el no olvidar tomar la medicina, hacerlo a sus horas, llevar un calendario donde registre los eventos epilépticos, que duerma y coma bien para tratar de llevar una vida lo más saludable posible, acudir puntualmente a sus citas médicas con su doctor.

¿Qué hago en caso de que alguien de mi familia presente una crisis? 

  1. Lo primero es mantener la calma, suena difícil, pero es la manera en que podemos pensar de manera clara y precisa que es lo que debemos hacer para ayudar. 
  2. Acompaña todo el tiempo a la persona que esté sufriendo la crisis hasta que pase. 
  3. Si es posible coloca a la persona en una superficie plana, coloca su cabeza sobre algo blando para que no se golpee contra el suelo, una chamarra doblada podría ayudar. 
  4. Quita objetos que puedan lastimarle cerca de el/ella y aléjalo de cualquier peligro (agua, escaleras). 
  5. Ponle de lado para que pueda respirar mejor y limpia su saliva o restos de comida de su boca.
  6. Evita introducir objetos a la boca (dedos, abatelenguas, cuchar), ni trates de abrirla, puedes lastimarle o lastimarte tu. 
  7. Desabrocha o afloja su ropa en la parte del cuello. 
  8. Evita detener los movimientos, sujetándolo con fuerza o inmovilizándole, a menos que corra peligro inmediato. 
  9. Evite darle medicamentos o comida, espere a que se encuentre completamente despierto y consciente. 
  10. Cuando termine la crisis ayúdele a orientarse y tome nota de la crisis en su calendario para mantener un registro de cada una de las crisis. 
  11. Si la crisis no cede en 5 minutos, llame a la ambulancia o llévelo a urgencias del hospital más cercano.

Referencias Bibliográficas:

Barinagarrementeria Aldatz, F., 2018, NEUROLOGÍA ELEMENTAL, Barcelona: Elsevier. 

Fenichel., G., 2010, NEUROLOGIA PEDIATRICA CLÍNICA, Un enfoque por signos y síntomas, Londres: Elsevier Saunders. 

Panayiotopoulos., C., 2007, A clinical guide to epileptic syndromes and their treatment, Berlin: Springer Verlag. 

¿Qué es y cómo se puede identificar a un niño con TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

El TDAH es la condición neuropsiquiátrica más común a nivel mundial que afecta el funcionamiento adecuado del niño en diferentes esferas y con frecuencia se mantiene hasta la edad adulta. Se manifiesta por grados variables de tres patrones de conducta:

Inatención.

Hiperactividad.

Impulsividad.

El TDAH se encuentra en todos los grupos socioeconómicos con una prevalencia mundial estimada entre el 3 y 5% de niños en edad escolar, teniendo una mayor incidencia en varones que en mujeres. En nuestro país aún no existen datos oficiales sobre la prevalencia, pero de acuerdo con información de la Secretaria de Salud los niños con TDAH ocupan los primeros lugares de atención en clínicas psiquiátricas, estimándose que en México se registran cerca de un millón y medio de niños y 3 millones de adultos con dicho trastorno.

Para que cumpla los requisitos, el comportamiento de TDAH debe estar presente al menos durante 6 meses y en dos ambientes diferentes, por ejemplo en el hogar y en la escuela, manifestado por problemas de bajo rendimiento académico y en las relaciones interpersonales con familiares y compañeros, notándose desde antes de los 7-12 años de edad.

Los síntomas de falta de atención y/o hiperactividad, son los siguientes:

Es incapaz de prestar atención cuidadosa a detalles o comete errores por descuido en la escuela, el trabajo o durante otras actividades. Por ejemplo, no puede mantenerse atento o enfocado en clases en el caso de los niños; en conferencias, conversaciones o lecturas extensas en caso de los adultos.

Tiene dificultad prestando atención por mucho tiempo en tareas o jugando, parece que su mente estuviera en otro lado, aún en ausencia de una distracción obvia.

No parece escuchar cuando se le habla directamente.

No sigue instrucciones y no termino su trabajo escolar, tareas o responsabilidades en el trabajo. Puede empezar los trabajos pero pronto pierde el enfoque y se distrae fácilmente.

Tiene dificultad organizándose en tareas y actividades, manejando trabajos que requieren una secuencia, mantener en orden materiales y pertenencias, sus trabajos son desorganizados, desordenados o incumple con fechas límites.

Evita, le desagrada o es renuente llevar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, en tareas escolares o asignaciones en niños; para adultos o adolescentes mayores, preparar o completar informes o revisar reportes largos.

Pierde cosas necesarias para llevar a cabo tareas o actividades: materiales escolares, lápices, libros o en adultos, herramientas, carteras, llaves, lentes, celulares, etcétera.

Se distrae fácilmente con estímulos externos o cuando pasan otras cosas a su alrededor o tener pensamientos irrelevantes.

Es olvidadizo con sus actividades cotidianas. Por ejemplo haciendo sus tareas, mandados y en adultos es común ver que no devuelven llamadas u olvidan pagar sus cuentas o manteniendo sus citas.

Los síntomas de hiperactividad e impulsividad consisten en:

Está inquieto o da palmaditas o se retuerce en la silla.

Deja su asiento cuando se espera que se quede sentado en el mismo.

Corre o se trepa en cosas o en situaciones donde es inapropiado hacerlo.

No puede jugar o involucrarse en actividades de ocio o placer.

Está en continuo movimiento de un lado para otro como si tuviera un motor por dentro, no puede o se siente incómodo manteniéndose quieto por un período largo como en restaurantes, reunión, etcétera y puede ser percibido por las demás personas como inquieto o difícil de mantenerle el paso.

Habla excesivamente.

Interrumpe antes de que se le termine de hacer una pregunta, completa las oraciones de otras personas, no puede esperar su turno en una conversación.

Tiene dificultad esperando su turno en una fila por ejemplo.

Interrumpe o se entromete en lo que otras personas están haciendo, ya sea conversaciones, juegos o actividades, empieza a usar cosas de otras personas sin permiso.

Bibliografia:

Criterios diagnósticos para el DSM5. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatria, 2013.

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